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Las autoridades medioambientales piden a la ciudadanía que, al tratarse de una especie sumamente sensible, si se produce un nuevo avistamiento, se respeten su hábitat y costumbres, sin alterarlos.
Recuerdan que el lince ibérico es un animal gregario, que vive en soledad, y que se desplaza por el territorio, normalmente moviéndose en un radio de unos 30-40 kilómetros, aunque algunos pueden realizar desplazamientos de cientos de kilómetros.
Por ello, trasladan que el paso de esta especie por el municipio cartayero puede ser ocasional, y enfatizan que es el felino más amenazado del planeta, “por lo que pedimos encarecidamente a quienes puedan cruzarse con este animal, su protección y que se preserven sus hábitos, haciendo especial hincapié en la máxima protección legal que posee esta especie”.
